¿Quién no va a querer un
Ayuntamiento democrático?
¿Quién no desea la Democracia como
forma de gobierno para su pueblo y su Ayuntamiento?
¿Quién no quiere reglas de juego
democráticas para elegir y gestionar el Ayuntamiento de su ciudad?
¿Se imaginan poder elegir al
Alcalde de su ciudad, de entre varios
candidatos presentados en candidaturas ellos solos, sin concejales, sin listas,
a doble vuelta y por mayoría de todos los electores de su ciudad o pueblo?.
¿Se imaginan poder elegir, por
separado del Alcalde, a todos los
concejales del Ayuntamiento, por distritos, en candidaturas de un concejal por
distrito, a doble vuelta y por mayoría de los electores de ese distrito?.
¿Se imaginan un Ayuntamiento con
un poder Ejecutivo claro, el Alcalde, y un poder de Representación y Control,
el Pleno, en el que los Concejales
representan a sus respectivos distritos electorales y a sus vecinos?.
De esta manera, el Alcalde tendría a su favor la mayoría de
todos los electores, para gobernar y
dirigir la gestión administrativa y política del Ayuntamiento.
El Pleno del Ayuntamiento tendría
la importantísima función como órgano
de Control Plenario, y de Representación distrital. Los Concejales de Distrito tendrían a su
favor a la mayoría de los electores de cada barrio para ser representados.
El Alcalde no habría sido elegido
por los concejales de la mayoría, por lo tanto no tendría garantizada la impunidad, no tendría un
cortafuegos en la mayoría de concejales puestos previamente por él en las listas del partido. Ahí, en ese
escollo, tendríamos una garantía de
control político a favor de los ciudadanos.
Los concejales que componen el
Pleno no forman parte de listas, no están obligados a votar por disciplina de
voto ni por mandato imperativo de partido.
Los Concejales de Distrito se deben a sus electores, a su barrio, y
estarán concernidos y obligados por lo
prometido a sus votantes en la campaña electoral, en virtud de lo cual fueron
elegidos.
Los Concejales de Distrito, ó
también llamados de Barrio, tendrán toda la autoridad política necesaria para
su noble función democrática, por ello tendrán acceso a toda clase de
documentación, que les será facilitada al instante de pedirla, tendrán la más
absoluta libertad de movimiento en todas las dependencias y negociados
municipales, dispondrán de despachos.
Las minorías tendrán garantizado ser mayoría en las comisiones de control…
Dos poderes que se vigilan el uno
al otro, dos poderes que se miran con verdadero recelo, dos poderes
constituidos por los ciudadanos, dos poderes que tienen que rendir cuentas a
sus electores, y que, tienen que rendirse cuentas entre si; todo lo contrario
de lo que ocurre ahora, donde quien tiene el poder de la Alcaldía, lo tiene
todo… hace y deshace a su antojo, quita y pone de aquí y de allá, siempre tiene
la mayoría del Pleno a su favor, no tiene nunca quien le controle eficazmente
porque las minorías siempre están maniatadas por leyes y reglamentos
antidemocráticos. Las comisiones de control son suyas siempre, prohíben a los
funcionarios dar información a las minorías, contratan a dedo, crean plazas
para amigos y conocidos, otorgan contratas de obras y servicios a dedo…
A estas alturas ya se habrán dado
cuenta de que todo este formidable entramado democrático implica un cambio notable en:
1º.- La Ley Electoral
2.º.-La Ley de Bases de Régimen
Local
3º.- El Reglamento de Régimen
interno de los Ayuntamientos.
Estamos hablando de LA DEMOCRACIA
en tal que Separación de Poderes, que es la capacidad para elegir por separado a quien
nos ha de gobernar (El Alcalde) y capacidad para elegir también por separado a
quién nos ha de representar (Los Concejales de Distrito).
Ahora en el Ayuntamiento hay un solo
poder, absoluto, el del Alcalde, el de la mayoría. Los concejales de las
minorías son convidados de piedra, pareciera que están de prestado, que no
forman parte de la legalidad… solo tienen “derecho al pataleo”, se les trata
con desprecio, se les niegan información, se les escamotean medios… solo
representan a unas siglas, si de verdad se les considerara representantes de
los ciudadanos, de los contribuyentes,
de los barrios y distritos, entonces, tendrían la consideración de
respetables, de autoridades merecedoras de tal consideración
institucional en función de su cargo.
La Democracia Municipal está por
llegar. Tenemos que unir fuerzas para convencer con la fuerza de la razón de
que es posible la DEMOCRACIA FORMAL MUNICIPAL.
Sin Democracia Municipal no hay
progreso, porque no hay separación de poderes y porque no hay representación de
los ciudadanos en el Ayuntamiento.
Vicente Carreño Carlos
Totana, 5 de Marzo de 2.013
No hay comentarios:
Publicar un comentario